
Aunque pueda parecer gracioso lo que digo, el tema se las trae.
Si me esfuerzo un poco (cosa que no esta muy de moda ultimamente), alcanzo a recordar que hace menos de medio año hubo un atentado por parte de ETA en la ciudad de Madrid.
Atentado del cual podemos obtener los siguientes resultados: un proceso de paz "terminado"; multitud de destrozos en la nueva T4 de Madrid; gran desconcierto y revuelo nacional; y lo mas importante y doloroso, dos nuevas víctimas mortales a manos de la banda terrorista ETA.
Dos víctimas mortales, que no por tener otra nacionalidad diferente a la nuestra, dejan de seguir siendo víctimas de la masacre de ETA. Creo que esto es algo dificilmente discutible, no por tener otra nacionalidad son víctimas de segunda clase.
Llegados a este punto, me pregunto en voz alta: ¿como podemos estar escuchando declaraciones como las del señor Fiscal General del Estado (D. Cándido Conde-Pumpido)? Declaraciones, en las que se afirma haber ilegalizado, para las próximas elecciones municipales, a demasiadas de estas listas electorales, que están vinculadas a Batasuna y por lo tanto al entramado de ETA.
No solo no las han ilegalizado a todas, sino que se permite el señor Fiscal General del Estado, la licencia de opinar: "nos hemos pasao". En su opinión se han pasado ilegalizanzo, han ilegalizado mas listas de las que debían.
Bajo mi punto de vista, todas las listas vinculadas con el mundo etarra tenian que haber sido ya anuladas, puesto que en el atentado de la T4, del que aun no han pasado ni 6 meses, ETA volvió a demostrar que no esta dispuesta a dejar de matar ni de amedrentar a la sociedad. Y las personas que no se atienen a "las reglas del juego" no pueden "entrar en el juego".
No se como lo logramos, o quizás como lo logran. Pero lo que si es cierto es que cada día escucho mas la expresión "yo paso de esos" (aplicado a los políticos). O quizás otra peor y, a mi juicio, mas preocupante: "yo no voy a ir ni a votar".
Así de simple, pulsamos el botón de reset y nos olvidamos de todo, pasamos de todo. Dejamos que hagan con nosostros lo que quieran, y ni siquiera nos paramos a pensar en poque ocurre lo que ocurre.
De lo que no nos damos cuenta antes de pulsar ese botón de reset en nuestros cerebros, es de que nosotros somos los que podemos marcar el cambio para que todo sea, en algún momento, un poquito mejor.
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